Plan de Formación Ciudadana 2018
"Líderes al servicio de la comunidad"
"Quiero que mi país crea en sus sueños y que tenga impulso propio. Un lugar en donde la política solo sea un complemento de toda una sociedad.
Quiero que mi país se construya con buenas acciones, no con indiferencia; un mejor país se sustenta en el alma del ciudadano responsable, tolerante y proactivo. Ciudadanos que piensen, amen y entiendan que la pasión no solo es en el futbol, la cancha es nuestra sociedad, más justa, inclusiva y tolerante". ( Irma Albán)
La democracia no es solo una forma de gobierno, sino también un conjunto de prácticas y dinámicas que afectan a la comunidad. En el ámbito educativo, es el ejercicio de una práctica que parte de valores y presupuestos éticos. Es decir, una forma de ser y de estar; una forma de saber vivir, convivir, acoger y respetar tanto a los cercanos como a los que sentimos como diferentes o extraños.
En este contexto, los espacios educativos constituyen la primera instancia de encuentro de los niños y niñas, es decir la primera representación de la sociedad, interactuando con desconocidos, personas que no son parte de sus familias. Es acá donde se incorpora progresivamente la conciencia del otro y el sentido de pertenencia a una comunidad.
No es menor entender el sentido de ser parte de un entorno social, pues supone el principio de la buena convivencia, donde la regla adquiere sentido, pues regula las interacciones y la participación, constituyendo así un pequeño sistema que ofrece variadas oportunidades para la aplicación de principios democráticos. Desde esta perspectiva la escuela posee potencialmente la estructura y organización necesaria y favorable para la formación de ciudadanos responsables que el país requiere.
La mejor democracia que se aprende en la escuela "es la que se vive en ella"; La que se aprende practicándola, ejercitándola y poniendo a prueba los límites y dificultades de la misma.
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